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Lactancia en el prematuro

Un bebé nacido antes de las 37 semanas de gestación se denomina prematuro o pretérmino. Algunos bebés prematuros necesitan pasar algún tiempo en una unidad de cuidado intensivos neonatales (UCIN) para recibir asistencia en la respiración, temperatura, alimentación y más. En función de prematuridad, es posible que muchos de los reflejos necesarios para amamantar, como agarrar el seno, el reflejo de apertura, extender la lengua, o coordinar la succión, deglución y respiración, no estén completamente desarrollados por lo que la lactancia podría presentar una variedad de desafíos.

La separación inmediata después del nacimiento puede interferir con la vinculación madre-hijo y con el inicio de la lactancia materna.  El cuidado canguro, es una práctica biológica muy común en la UCIN respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se centra en proporcionar la cercanía del recién nacido con algún miembro de la familia, preferentemente mamá o papá, al colocarlo en contacto directo de piel con piel con uno de ellos. Esto asegura una óptima regulación de signos vitales y temperatura a través de la vinculación fisiológica demostrándose ser más efectiva que las termo cunas. Es uno de los métodos más efectivos para promover la lactancia materna exclusiva y se puede comenzar incluso antes de que el bebé esté listo para la alimentación oral. Entre sus beneficios de aplicación se destacan: Proporcionar un inicio más temprano de la primera experiencia materna, aumentar el suministro de leche, reducir el estrés materno, así como la depresión postparto y mejorar la confianza de los padres para cargarlo y cuidarlo.

Se debe considerar que los bebés pretérminos se pierden gran parte del crecimiento intrauterino en el tercer trimestre, por lo que tendrán mayores requerimientos nutricionales y serán menos tolerantes a grandes volúmenes de leche. De esta manera, la leche humana para prematuros tendrá mayor contenido de proteínas y niveles más altos moléculas bioactivas en comparación con la leche para lactantes a término. Sin embargo, con el paso del tiempo, la leche materna generalmente se fortificará (particularmente en proteínas, calcio, fósforo y vitamina D), para aumentar su concentración y reducir su volumen, con el fin de garantizar una mejor asimilación, y crecimiento en el peso, longitud y circunferencia de la cabeza.

En las recomendaciones generales para lactantes prematuros indican que se debe priorizar a la leche materna y la leche de donante pasteurizada en lugar de fórmula infantil para prematuros. La recomendación se basa en una impresionante gama de beneficios que la leche materna proporciona a esta población altamente vulnerable, como disminuir el riesgo de enterocolitis necrosante (ECN), sepsis, y retinopatía del prematuro, mejorar el desarrollo neurológico, y reducir la estancia/reingreso hospitalario. Además, disminuye el riesgo de desarrollar síndrome metabólico en la vida adulta.

La leche humana es el alimento por excelencia para la nutrición del recién nacido, especialmente en aquellos que nacieron prematuros. No existe una composición más ideal que la leche humana y tampoco hay una manera de imitar la complejidad de su calidad nutricional. Educar a los padres sobre la importancia y el valor de la lactancia materna debe comenzar durante el embarazo y volver a enfatizarse situaciones de prematuridad.

BIBLIOGRAFÍA

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Boquien C. Y. (2018). Human Milk: An Ideal Food for Nutrition of Preterm Newborn. Frontiers in pediatrics, 6, 295. doi:10.3389/fped.2018.00295

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